Hola de nuevo en una nueva entrega de este boletin. Nos acercamos ahora a la vibracion y el pensamiento, este es un tema bastante amplio que abordare en 2 o 3 partes para no abrumaros.
El cortex cerebral.
el cerebro del homo sapiens-sapiens se caracteriza por el desarrollo de lo que se llama «cortex cerebral» que es la parte más exterior del encéfalo y que tiene una textura rugosa de color blanco ligeramente grisáceo, parecida al aspecto de la mitad de una nuez. Gracias al cortex, tenemos pensamiento abstracto, creencias y capacidad de previsión de futuro, entre otras cosas.Precisamente es el cortex cerebral lo que diferencia a la especie humana del resto, en cuanto al sistema nervioso se refiere.
Electricidad y magnetismo en el cerebro.
En segundo lugar, debemos apreciar que nuestro cerebro funciona básicamente con energía bio-químico-eléctrica. Aunque la potencia de la electricidad que manejan nuestras neuronas es baja (se mide en milivoltios), dicha potencia le es suficiente para procesar, manejar, distribuir y usar cantidades ingentes de información y generar multiplicidad de respuestas (casi infinitas en posibilidades). Así que al usar micro-electricidad, podemos concluir que el cerebro es una máquina de bajas frecuencias. Y segundo… donde hay electricidad, hay electromagnetismo y donde hay electromagnetismo hay frecuencias (que se emiten hacia afuera… o que ser reciben del exterior… ¿se da cuenta de lo que esto significa? Que nuestro cerebro, a parte de procesar la información que le viene dada por los sentidos, es capaz de emitir o recibir informaciones extra-sensoriales vía «ondas electromagnéticas» similares, pero de más baja intensidad, que las frecuencias de una emisora-receptora de radio. ¿Imagina las consecuencias de lo que acabamos de decir? Nuestro cerebro puede actuar como una estación de radio -en cierta forma-.
Se ha comprobado que numerosas especies de aves, en sus migraciones, se guían por un auténtico receptor del magnetismo terrestre situado en la glándula pituitaria. A través del mismo saben hacia donde tienen que volar y en qué dirección. Es como tener una auténtica brújula o sistema «GRPS» incorporado al cerebro. La mente, que podríamos definir como el «sentido» del cerebro, (al igual que la vista es el sentido del ojo -paridad órgano y sentido que genera-) es en cierto modo «a-espacial» y «a-temporal». El pensamiento, producto de la actividad neuronal, no ocupa espacio concreto ni se rige por los parámetros temporales de otros fenómenos naturales. El pensamiento es capaz de innovar y crear cosas inéditas a partir de otras que ya existían o que lo eran de otra forma ya que a nuestro juicio, sigue siendo verdadero el precepto latino de «nihil is in intellectum quod prius non fuerit in sensi» (nada hay en el pensamiento que antes no estuviera en los sentidos…)
El descubrimiento de las frecuencias cerebrales.
Pero sigamos… poco después de la II Guerra Mundial, un psiquiatra alemán, profesor de la Universidad de Viena, llamado Hans Berger (* a la derecha) (1.843-1941) demostró con un aparato «amplificador» al que se bautizó como electroencefalógrafo que existía un potencial eléctrico (oscilaciones de tensión) en el cerebro humano. Antes que él, el médico inglés Richard Caton (1842-1926) demostró potenciales parecidos en perros. Los primeros tipos de frecuencia que se descubrieron fueron las «alpha» y las «theta». Más tarde se completarían con investigaciones que completaron la gama de registro del electroencefalógrafo. Cada tipo de onda se traduce en un estado psico-neuro-fisiológico diferente. Es decir, nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestra actividad física y fisiológica es completamente diferente en cada uno de estos estados o frecuencias. El tipo de substancias neuro-químicas y hormonas vertidas al flujo sanguíneo varía según el tipo de frecuencia. Y tanto según la presencia y cantidad de dichas substancias como el estado de ánimo que tengamos, interactúan entre sí para producir un estado físico-fisiológico-mental-comportamental final. Lo vemos en el siguiente cuadro.
CUADRO ONDAS-FRECUENCIAS CEREBRALES
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K I |
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El famoso «estado Alpha».
El estado alfa se produce cuando, si nos conectasen a un electro encefalógrafo, nuestro cerebro funcionase entre los 7,5 a 14 ciclos por segundo. Cuando «funcionamos» en dicho estado, nos situamos entre la frontera de lo consciente y lo inconsciente. Es la puerta entre ambos estados de conciencia y esto hace al «estado alfa» por tanto un estado muy especial ¿por qué? Porque nos permite, por un lado, seguir teniendo una actividad consciente de nuestro pensamiento y cuerpo, es decir, nos damos cuenta de lo que pensamos y sucede a nuestro alrededor. Pero por otro lado, al estar el «ascensor» de la conciencia en los «pisos bajos» de la mente, nos permite acceder a la información y estados propios del subconsciente, pudiendo aprovechar todo el caudal de ese 90% de «potencia» mental que reside en lo subconsciente.
Dicho estado es un «estar a gusto» en paz y felicidad interior, en relajación profunda. Aumenta mucho la capacidad de sugestión y autosugestión, esto es, cualquier cosa que nos sugieran en alfa, será más fácilmente admitida y con menos «filtros» por parte de nuestra racionalidad consciente. Esto lo sabían muy bien los sacerdotes egipcios y de toda la antigüedad, o la propia Iglesia Católica… mediante el uso de inciensos y oraciones, canciones monocordes (como el gregoriano) o la música de órgano en especial, (que produce unas frecuencias en hertzios muy similares al estado alfa), hacían que cualquier idea, sugerencia o sermón, fuese fácilmente adoptado y «plantado» a nivel subconsciente en los fieles que los escuchaban.
La música es un eficacísimo instrumento de sugestión y de producción de estado alfa… de hecho muchos instrumentos producen vibraciones próximas a dicha frecuencia. De ahí que con relativa facilidad, muchas personas se queden dormidas en los conciertos o sencillamente se sientan «trasladadas» por la música a otra dimensión. Si les pusiéramos un electroencefalógrafo, la mayoría de los asistentes a un concierto en un auditórium estarían funcionando en alfa o zeta. La contemplación del mar, el vaivén de las olas y el sonido que éstas producen… son un buen inductor del estado alfa. El tono de voz de ciertas personas, también…
Cosas como la música, la oración, los aromas, cierto tipo de imágenes (especialmente de la naturaleza, determinados tipos de pintura, símbolos o los propios mandalas tibetanos…) tienen como objetivo ponernos en este estado especial de la mente, que nos hace tocar nuestro interior más profundo y llegar a la «zona espiritual» del ser humano. Por tanto, como vemos, hay muchas cosas que nos pueden inducir a este estado. Por supuesto los psicotrópicos también, pero no hace falta necesariamente «fumarse un porro» para llegar a estos estados creativos y de percepción más aguda.
Las ondas Zeta
Su frecuencia fluctúa entre 3,5 y 7,5 ciclos por segundo. Están asociadas a losestados de alucinación creadora y resolutivos. Durante su emisión, la persona puede descubrir acontecimientos profundamente escondidos en lo más recóndito de su subconsciente, así como los conflictos y los de la personalidad en particular. Es la onda de la imaginación y del contacto dinámico con otras posibles «dimensiones psi» ofreciéndoos la oportunidad de la investigación de nuestra personalidad y de las profundidades de nuestra psicología. Nos muestra la actividad del genio creador. A través de ella, la persona puede llegar a descubrir sus más profundos secretos. Esta frecuencia es «emitida» por los discípulos de la filosofía zen, los monjes budistas o los religiosos cristianos en sus meditaciones, cantos u oraciones. Principalmente es generada de forma inconsciente durante el periodo que precede al sueño nocturno y poco antes de despertar, así como ciertos estados hipnóticos.
Existe emisión de ondas zeta durante la etapa llamada «MOR» (movimiento orbital rápido). Al preceder al sueño es esa sensación de bienestar difuso en el curso de la cual se cree que los escritores, músicos y artistas encuentran sus mejores inspiraciones (estados de inspiración o contacto con «las musas»). Las ondas zeta, de hecho en su estado puro no son audibles puesto que se encuentra por debajo del umbral de audición de una persona normal. Lo que se escucha en los audios adaptados de ondas zeta, es una amplificación que según investigaciones realizadas igual. Y además, son también rápidamente asimilables por nuestro sistema límbico. Se pueden usar estos sonidos como fondo o acompañamiento a una composición musical suave y armónica para lograr mejores resultados en su aplicación. Así estas ondas llegarán a nuestro sistema reticular de manera subliminal, es decir, que sean captadas de manera inconsciente. Al escucharlas, si lo hace directamente, no ponga demasiada atención, sino que trate solamente de sentirlas cómodamente sin más. Para ello busque un lugar cómodo, tranquilo y silencioso, con una temperatura adecuada y una luz tenue de su agrado. También puede usar unos auriculares. Relaje su cuerpo durante unos 5 minutos y cerrar los ojos. Imagine que poco a poco las turbulentas aguas de la mente, llegan a la calma… desaloje su cuerpo de tensiones y preocupaciones… Asuma una disposición meditativa y deje que su mente quede en blanco. Sienta la onda como si fuera el mismo flujo de la vida. Deje que la onda toque su mente de modo que usted pueda hacerla parte integrante de su percepción. Permita que penetre en su mente interior. No la escuche, siéntala, introdúzcase en ella. Sienta lo que oye y se integrará al universo.
Aplicaciones: Como me puedo beneficiar del estado alfa o zeta
Se puede acceder al estado alfa de muchas formas. De hecho cualquier técnica como el yoga, la meditación zen, una simple relajación profunda, la contemplación de un paisaje, la audición de una música agradable, etc… nos pueden hacer llegar a este estado. Una vez en el podemos «programarnos» mentalmente aquello que deseamos conseguir, tal como:
– estudiar más y mejor, sentirse más tranquilo, ser más creativo, sentirse más felices, aumentar la memoria, reducir el estrés, aumentar la eficacia del sistema inmunitario y la salud en general, incrementar el rendimiento en el deporte, cambiar aspectos de nuestra personalidad a mejor, aumentar la calidad de la sexualidad, vencer el decaimiento o la depresión, y un sin fin de cosas más. El hecho en sí de la relajación, incluso sin programarse nada en concreto, ya produce un estupendo beneficio físico y psicológico, porque a) mejora el estado físico, b) reordena el estado mental y c) re-equilibra las energías corporales (Recordemos que el ser humano es un conjunto de lo físico, lo mental-emocional y lo energético… Para que tengamos un verdadero estado de felicidad y equilibrio, las tres partes deben estar bien integradas y aplomadas. La sinergia entre estas tres partes, produce la verdadera espiritualidad, entendida tanto humanísticamente como si lo desea, filosófica o religiosamente.)
Además se ha comprobado que en estados alfa y zeta, los hemisferios cerebrales funcionan más al unísono y se integran uniendo pensamiento concreto y analítico -lóbulo izquierdo del cerebro-, con pensamiento abstracto y creativo -lóbulo derecho. Y también uniendo pensamiento racional y discriminatorio (el que distingue unas cosas de otras, analizando lo concreto y la parte del todo) propio del cortex cerebral o parte más externa del cerebro, con el pensamiento filosófico e intuitivo (que unifica las partes en un todo y que tiene visión de perspectiva sobre las cosas) más propio de las partes mas internas y «viejas» evolutivamente hablando, del cerebro, que es donde «residen» nuestros instintos y pulsiones más profundas.
Así podríamos hacer el siguiente cuadro:
lóbulo derecho |
Cerebro «externo» (cortex) |
lóbulo izquierdo | Cerebro «interno» el resto. |
Cada una de dichas «partes» con funciones opuestas y distintas pero complementarias. Aproveche por tanto que dentro de usted hay una poderosa máquina para cambiarle a usted, a su vida y al mundo, para mejor… si así lo desea. Y lo mejor de todo, no necesita nada en especial para hacerlo, sólo relajarse un poco y ponerle intención de paz y bienestar… Además recuerde que su cerebro es una potente radio que emite y recibe... Según lo que usted tiene dentro de su caja cerebral, así es será lo que seleccione inconscientemente y reciba del exterior… porque, repito, el cerebro es una máquina que se «sintoniza» en determinada frecuencias. Si lo le gusta la «sintonía vital» en que ahora vive, lo primero que tiene que hacer es cambiar el «dial interior» de su mente y su máquina cerebro-pensante.
Del cerebro: persona, a los cerebros: sociedad.
Somos las células de un organismo llamado sociedad o Humanidad. Si mejoramos cada uno de nosotros, mejoramos a la sociedad en su total. Si empeoramos o nos individualizamos tanto que perdemos de vista a los demás, estaremos fabricando un «cáncer»… Nunca puede existir verdadero bienestar propio, sino existe bienestar en lo que nos rodea y en quienes nos rodean. Por eso en los pseudo-valores que esta sociedad consumista imperante nos crea impera el individualismo egocéntrico que nos mete en «burbujas unipersonales» donde lo importante es uno mismo y nada más. Ello produce, entre otras cosas cada vez menos comunicación entre unos y otros, (o al menos una grave merma en la calidad de esa comunicación que es pobre, insulsa, falsa y manipuladora, mercantilista y artificiosa). Es curioso como en la plena «sociedad de la información» los problemas de soledad, incomunicación, la marginalidad y aislamiento social van en aumento. Cambiar hacia valores personales y sociales auténticos y acertados, donde el centro y el objetivo de todo fin sea el ser humano y su verdadero equilibrio y felicidad, conllevará a un mundo más justo, más feliz y mejor para todos. Ese «organismo» llamado sociedad global o Humanidad, estará así sano e equilibrado y por tanto sus «células» las personas, también lo estarán. Y lo mejor de todo… el camino de esto que explico, ya está escrito dentro de todos y cada uno de nosotros… sólo tenemos que ocuparnos de sacarlo de las profundidades de nuestra mente y su vida
José de Zor G.M.
SACADO DE DISTINTAS FUENTES DE INTERNET